Aprovechando otra escapadita de cuatro días a París y 21 años más tarde... ¡he vuelto a Disneyland! ¿Quién dice que un adulto no puede disfrutar del parque sin ir acompañado por un niño? Todos tenemos un niño en nuestro interior y de cuando en cuando necesitamos una dosis de magia.

En la actualidad, el antiguo Eurodisney está formado por dos parques temáticos: Disneyland y Walt Disney Studios. El primero está más enfocado a los niños, un mundo de fantasía donde los cuentos cobran vida. El segundo a adolescentes y adultos, un parque de atracciones inspirado en escenas de películas Disney.

Tenemos un objetivo en mente: conocer los dos parques en un día completo. ¿Es un reto muy ambicioso? Teniendo en cuenta que fuimos un día laborable (en primavera), que muchas atracciones estaban cerradas y que llevábamos el recorrido preparado desde casa, confirmamos que es posible hacerlo.

Compramos las entradas en la página oficial de Disney: la entrada de un día/dos parques (tarifa MINI) nos costó 47€ (por persona). La entrada es válida durante un determinado periodo de tiempo a partir del día después de la compra.

Con la entrada que compramos, se puede salir y entrar indistintamente en un parque u otro. Sin embargo, para aprovechar realmente el día y dado que Walt Disney Studios cerraba antes, decidimos empezar en éste.

¿Venís con nosotros a disfrutar de las atracciones más interesantes?

A las 10 de la mañana ya estábamos a la puerta de The Twilight Zone: Tower of Terror. Un antiguo hotel ambientado en los años 30, época donde vivió su mayor esplendor. Durante una tormenta, varios huéspedes subieron al ascensor y desaparecieron. Desde entonces, el hotel permanece abandonado. Un tétrico botones os invitará a montar en el ascensor de servicio y a abrocharos los cinturones, mientras os indica con una sonrisa: "No photos, no selfies, no Facebook, no time". ¡Subidón de adrenalina! ¡Imprescindible!

Otra de las imprescindibles es Ratatouille: montados en vagonetas con forma de ratón (6 personas) y equipados con gafas 3D, las imágenes os harán sentir que encogéis hasta el tamaño de un ratoncillo y comenzará una emocionante persecución en la cocina. También sentiréis el calor de los fogones y las salpicaduras de una botella de champán.

No os marchéis sin ver el espectáculo estrella de este parque: Moteurs... Action! Stunt Show Spectacular. Una réplica a escala de un pueblo costero donde una serie de especialistas os hará vibrar con derrapes, persecuciones marcha atrás y a dos ruedas, giros bruscos, coches volando...

Al finalizar cada secuencia grabada os explicarán los trucos que han realizado. Ves lo que quieres ver... a menos que lo enfoquen desde otro punto de vista. ¡Merece la pena!



En Studio Tram Tour comenzaréis un tranquilo paseo en tren por los decorados de varias películas, de la mano de Jeremy Irons, hasta que lleguéis al Catastrophe Canyon, donde entraréis a formar parte del escenario de una película de ficción... y viviréis sus efectos especiales.  


Y por último, la atracción con más colas de este parque... Crush's Coaster, basada en la película Buscando a Nemo. Os subiréis al caparazón de una tortuga y os adentraréis en el océano arrastrados por las corrientes australianas. Aunque a primera vista no lo parezca, es una montaña rusa emocionante, a buena velocidad, con curvas cerradas, paradas bruscas... y todo ello a oscuras.

No pudimos subir a Rock 'n' Roller Coaster, otra de las atracciones más enfocadas para adultos, que estaba cerrada.


Poco antes de la hora de comer entramos en DisneyLand. Este parque se divide en cinco zonas: Main Street USA, Frontierland, Adventureland, Fantasyland y Discoveryland.


Al atravesar los tornos de entrada, os espera una ciudad norteamericana de principios de s.XX, llena de tiendas y restaurantes y al final de la calle, majestuoso, el castillo de la Bella Durmiente.


Frontierland está ambientada en el lejano oeste. En esta zona, todas las atracciones, excepto la casa del terror, estaban cerradas por remodelación.


Phantom Manor es una casa encantada en la que os adentraréis guiados por el fantasma de una novia, ¿os animáis a conocer su historia?


Si tienes espíritu aventurero o te gusta explorar, disfrutarás en Adventureland. Sin embargo, nosotros no tuvimos suerte, y al igual que en Frontierland, la mayor parte de las atracciones estaban cerradas por la remodelación del 25 aniversario, excepto Piratas del Caribe e Indiana Jones y el Templo Maldito.

Cuando era pequeña me encantó la atracción de Piratas del Caribe y años después sigue siendo una de mis favoritas. Montados en una barcaza, recorreréis distintas escenas de la vida pirata: el ataque a un fuerte, peleas en un pueblo, bulliciosos bucaneros cantando y bebiendo... La puesta en escena es espectacular: la iluminación, los sonidos y el vestuario, aunque si montáis una única vez, no podréis apreciar todos los detalles.


Un poco más alejada se encuentra la montaña rusa de Indiana Jones, a la que por falta de tiempo decidimos no acercarnos.

Llegamos a Fantasyland, el reino de princesas y cuentos, donde los niños disfrutarán al máximo, ya que casi todas las atracciones están pensadas para ellos.

Podréis entrar en el castillo de la Bella Durmiente y contemplar su historia en las vidrieras y libros. Pero lo realmente interesante está en las mazmorras, donde duerme un dragón... que despertará cuando os vea.

También podréis pasear por el pueblo de Bella, viajar por los cuentos de Blancanieves y Pinocho, o perderos en el laberinto de Alicia en el País de las Maravillas, aunque estas atracciones están enfocadas principalmente para niños. 

En esta zona los más mayores podréis disfrutar de dos cruceros interesantes: uno alrededor de maquetas en miniatura de cuentos (Le Pays des Contes de Fées) y un recorrido a través de distintos países del mundo con niños vestidos con trajes regionales cantando y bailando (It's a small world).


Y por último, descubriréis Discoveryland, dedicada al futuro, con atracciones ambientadas en el espacio y la ciencia ficción como Space Mountain, Orbitron o Star Tours.

Al parecer, la preferida de todo el mundo es Space Mountain, y aunque en nuestro caso no había colas de espera, no quisimos montarnos... ya teníamos reservas de adrenalina suficientes.

¿Cuál fue la que más nos gustó de este área? Sin lugar a dudas Buzz Lightyear Laser Blast. Es una atracción muy simple, pero a la vez muy entretenida, nos montamos varias veces porque ¡yo quería la revancha! Subidos en una nave espacial por parejas y armados con pistolas láser, el objetivo es disparar a las distintas dianas para conseguir el mayor número de puntos durante el recorrido. La nave tiene una palanca para girarla 360º y facilitar los disparos. Se contabilizan los puntos y a la salida podréis comprobar si sois buenos guerreros espaciales.

Después de llevar todo el día en el parque sin hacer paradas, ni siquiera para comer, decidimos no esperar al espectáculo de cierre y regresar a Paris.