25 de abril de 2017

Rincones de Palencia: Catedrales en Tierra de Campos

Gracias al programa de apertura de monumentos de la Diputación de Palencia, continuamos descubriendo tesoros de la provincia, y la mañana del Jueves Santo nos acercamos a conocer las "catedrales" de Tierra de Campos

Ya desde la carretera comarcal podemos apreciar el tamaño de la iglesia de San Hipólito, que preside orgullosa el pueblo de Támara de Campos, de apenas 80 habitantes. 


Aparcamos el coche al lado de los restos de la muralla y atravesamos su antigua puerta, de la que aún se conservan los goznes, aproximándonos hacia la iglesia. 


¿Cómo un pueblo tan pequeño puede tener un templo tan grande y majestuoso? Se cree que pudo existir una iglesia románica anterior a la actual, que resultaba insuficiente a la gran afluencia de devotos, sobre todo de peregrinos que se dirigían por el Camino hacia Santiago de Compostela. Por eso surge la necesidad de construir un templo más grande. Gracias a las limosnas de los fieles, las rentas de la Iglesia y las donaciones reales, se comenzó a construir el templo actual en el s.XIV. 


Nos detenemos a contemplar el exterior de la iglesia, y nos sorprende la manera en que la torre parece dividirla en dos partes. Observamos un escudo de los Reyes Católicos, flanqueado por dos soldados, en la portada central. No en vano, ellos concedieron privilegios a este templo.



Nada más entrar en la iglesia, nos damos cuenta de que podríamos estar en una auténtica catedral. Permanecemos dentro casi una hora, haciendo fotos y disfrutando de todos los rincones de este impresionante templo. Nos resulta difícil no sorprendernos en cada esquina...

Es de estilo gótico, aunque se han ido añadiendo otros estilos arquitectónicos y escultóricos a lo largo de los años. Consta de tres amplias naves, que se corresponden con cada una de las portadas que vimos en la fachada, cubiertas por bóvedas de crucería.

Empezamos por el coro, de estilo gótico florido, que se eleva sobre columnas talladas con relieves vegetales. En los laterales están representados los apóstoles, mientras que en la parte frontal aparecen un Pantócrator y la Anunciación.



Podemos contemplar también una escalinata gótico isabelina que nos lleva hasta el coro; un cartel  y una puerta de nogal cerrada impedían la subida y el acceso al coro.

Nos acercamos a ver la pila bautismal, de estilo gótico y con bajorrelieves bastante bien conservados. El baptisterio está cerrado por una reja románica.


El órgano os dejará con la boca abierta... más bien la columna que lo sujeta. Está situado sobre una columna de madera policromada, que simula ser de mármol, sobre una basa de piedra y rematado por una repisa para soportar el volumen y peso del órgano.



Cerrando el altar se encuentra una reja de hierro forjado, que aún conserva parte de su policromía en rojo, verde y oro. ¡Impresionante!

 
En la parte superior del retablo mayor se narran escenas de la vida de San Hipólito.

A la izquierda de la nave, nos encontramos otro retablo barroco presidido por el arcángel San Miguel. En la predela, nos sorprenden unos relieves en los que aparecen representados los Reyes Católicos (fueron sus "donantes").


El púlpito es de estilo mudéjar y de yesería policromada. ¿Puede ser un hombre el que carga con el peso del púlpito en su espalda?


¡Una última foto antes de salir!


Observamos de nuevo el conjunto desde el exterior, desde la pequeña colina donde se encuentra la capilla del Hospital de Peregrinos, una iglesia románica del s.XII. Llama la atención la galería-mirador que se construyó sobre la capilla bautismal.


Hoy en día, en esta pequeña iglesia se ha ubicado un museo etnográfico. El hospital que aquí se encontraba llegó a ser el más importante de la comarca, donde atendían a los peregrinos que hacían el camino de Santiago, que se halla a poca distancia de allí.


La preciosa portada, con sus arquivoltas, adornada con motivos geométricos, vegetales y su ajedrezado nos invita a entrar en este templo románico.


En el museo etnográfico podemos ver aperos de labranza y una antigua escuela.



Rodeando el edificio, descubrimos que en su parte trasera se ha levantado el ayuntamiento.


Volvemos hacia el coche y nos dirigimos a Santoyo, a 4km de Támara, para ver su particular catedral.

Ya desde el coche podemos apreciar como el templo sobresale por encima de las casas de una planta del pueblo. Otra iglesia con proporciones catedralicias en un pueblo de apenas 200 habitantes.


Antes de visitar su interior, recorremos su exterior. Su torre almenada, le da cierto aspecto de fortaleza medieval. Fundamentalmente es de estilo gótico, aunque conserva restos románicos de su iglesia primitiva, añadidos renacentistas y neoclásicos.

 


Entramos por un precioso pórtico de decoración plateresca, que por desgracia no se conserva en muy buen estado.


Un señor que en su día fue alcalde de Santoyo, está haciendo una visita guiada a un par de muchachos, así que como quien no quiere la cosa, ponemos la oreja para enterarnos de alguna curiosidad del templo.

Destacan sus naves sustentadas por esbeltos pilares que soportan bóvedas de crucería, con nervios en forma de palmera.


La capilla mayor está cubierta por una bóveda estrellada del s.XV (gótico florido) que nos recuerda a la Capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos.


También es impresionante su monumental Retablo Mayor renacentista con influencias barrocas, en el que la mayor parte de sus relieves reproducen pasajes de la vida de Juan el Bautista. Está coronado por un calvario perteneciente a un retablo anterior y por las cuatro virtudes cardinales. ¿Sabíais que pintores y escultores tuvieron pleitos debido a que las columnas frontales tapaban las obras pictóricas? Ganaron los escultores y sus columnas permanecieron tapando frontalmente los lienzos, ya que proporcionaban grandiosidad al retablo.



Todavía quedan algunos restos románicos, como estos capiteles de columnas zoomórficos.


Su otra joya es el órgano barroco del s.XVIII, coronado por tres ángeles y con una caja ricamente tallada, policromada y dorada.


Como habéis podido comprobar, mereció la pena echar media mañana descubriendo estas dos magníficas obras arquitectónicas, tan próximas a la capital palentina y tan desconocidas. ¡No dudéis en visitarlas si os encontráis de paso por la zona! 

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