7 de mayo de 2017

Día 5 (I): Un salón de ayuntamiento, relojes de cuco y cataratas en Triberg

Nos despedimos de nuestro apartamento en Schonach desayunando en la terraza...¡cómo vamos a echarlo de menos! ¡Comienza nuestro último día en la Selva Negra!


Hoy es el turno de Triberg, uno de los pueblos más turísticos de la Selva Negra, famoso por sus cascadas y la fabricación y venta de relojes de cuco. Pero entre sus curiosidades, menos conocidas, nosotros os invitaríamos a visitar su espectacular salón de ayuntamiento tallado en madera, que muestra escenas de la vida en la Selva Negra y que se puede visitar gratis en el horario de apertura del ayuntamiento.


Si levantáis los ojos, podéis ver los frisos con los animales, escenas de lucha y dolor que gobiernan el mundo animal: un buitre se abate sobre un conejo, el zorro caza un gallo, un gato salvaje ataca a un perro, cuervos luchando entre ellos... ¡Impresionante su realismo!



En medio de la sala se encuentra una imponente lámpara de forja.


Las ceremonias de matrimonio se celebran frente a una estructura, que nos recuerda a un altar, decorada con un relieve de Adán dormido y Eva rezando. Los jueces y los patriarcas simbolizan el derecho divino y temporal. 


También es interesante la antigua puerta de acceso al despacho del alcalde.


Las luces de la sala podrían estar apagadas. Podéis encenderlas con los interruptores que hay a la izquierda de la puerta anterior, para poder ver la sala en todo su esplendor.

Estuvimos un buen rato haciendo fotos, contemplando e interpretando las escenas de la sala. Aún no nos explicamos como los únicos turistas que entraron aparte de nosotros, apenas estuvieron 30 segundos: hicieron una foto y se fueron.

Salimos hacia la calle principal y entramos en una de las muchas tiendas de relojes de cuco del pueblo. Nos llevó cerca de una hora el estudio exhaustivo de la "tecnología" de dichos relojes y el análisis de modelos y precios. Estos precios vienen ligados al funcionamiento mediante pilas o mecánico; al número de pesas de su mecanismo, con melodía (3 pesas) o sin melodía (2 pesas) y a su ornamentación, más rústica o más elaborada. Tienes que tener muchas ganas de comprarte un reloj de cuco sabiendo lo que valen, si no recuerdo mal unos 300€ alguno medio curioso... Nosotros, finalmente, no lo compramos.

Nos encaminamos hacia las cascadas de Triberg, uno de los atractivos de la Selva Negra, la sucesión de saltos con mayor desnivel en Alemania.

Desde la calle principal se puede acceder a la entrada inferior del recinto, donde compramos los tickets (4€/pers) y nos dieron el siguiente mapa, con tres rutas propuestas, dependiendo del nivel y la dificultad. 


La primera parte del recorrido es común para varias rutas, por lo que seguimos un sendero paralelo al río Gutach, hasta la base de las cascadas.


Disfrutamos de una preciosa imagen, una serie de cascadas cayendo en distintos tramos, con un desnivel total de 163m. 


Avanzamos por el sendero, haciendo muchas fotos y viendo de cerca los distintos saltos. 



Al llegar a la bifurcación de caminos, decidimos seguir la ruta roja, la ruta cultural. Cruzamos el río por la pasarela y nos adentramos en el bosque.


Dejamos a un lado un parque de multiaventuras, cerrado por esas fechas, y continuamos hacia el lago. No encontramos mayor interés en él, así que nos dirigimos hacia la iglesia de peregrinación Maria in der Tanne, construida según la leyenda, en el lugar donde una joven se curó de una enfermedad de los ojos por el agua de un manantial cercano. 


En su interior predomina el estilo barroco. 


Nos sorprende el crucifijo, colgado de un reloj.  


Habíamos dejado el coche aparcado a unos cinco minutos de la iglesia, en una de las calles perpendiculares a la calle principal. Ya en el coche nos acercamos al Lidl a comprar algo para comer ese día. ¡Próxima parada Friburgo!

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