Os voy a indicar los que considero principales "atractivos" del parque, aunque os invito a que investiguéis por vuestra cuenta si tenéis tiempo.

Entrando por la avenida de Isabel la Católica, a la derecha nos encontramos la glorieta de Bécquer, una de las más bonitas que hay en el parque. En su centro hay un monumento que rodea un ciprés, compuesto por un busto del poeta, tres figuras femeninas en mármol que representan los tres estados del amor (amor ilusionado, amor poseído y amor perdido) y dos figuras en bronce que representan a Cupido (el amor hiriente) y al amor herido (figura yacente).


Continuamos nuestro camino hacia la Plaza de España, una plaza de belleza inigualable que ha sido escenario de varias películas. Se dice que incluso el rey Alfonso XIII afirmó al verla terminada "Señores, yo sabía que esto era bonito, pero no tanto".

En primer lugar, nos acercamos a la glorieta de Aníbal González, desde la cual, desde el año 2011, el arquitecto que diseñó la plaza contempla orgulloso su obra. Podéis subir a la base sobre la que está situado por una rampita y observar a vuestro alrededor.

La plaza tiene forma semielíptica y está bordeada por un canal atravesado por cuatro puentes que representan cada uno de los cuatro reinos que formaban España a principios del s.XX.

A lo largo de la plaza podemos observar los 48 bancos decorados con azulejos que representan las provincias de España, en orden alfabético, y en los que se representan su escudo, mapa y acontecimiento histórico. ¿Por qué no buscáis el vuestro? Os daréis cuenta de que la provincia de Sevilla no dispone de banco propio... sin embargo, al principio y final de cada tramo de provincias, colocaron una serie de murales relacionados con esta provincia.


En la última restauración de la plaza se recuperaron las farolas de cerámica, las hermosas balaustradas y se volvió a llenar de agua la ría, con lo que podemos disfrutar también de un paseo en barca, ¡como en el Retiro!

Aunque nosotros no hayamos entrado nunca, las galerías interiores de la plaza albergan el museo militar, de entrada gratuita.  

Nos dirigimos por la avenida de los Cisnes hacia la isleta de los Patos, uno de los rincones preferidos de los niños, formada por un estanque con dos islas. A una de ellas podemos acceder cruzando un puentecillo; en la otra, no accesible al público, conviven patos, cisnes y pavos reales. Cuenta la leyenda, que en el templete de la isla, que ya existía cuando el parque pertenecía aún al palacio de San Telmo, el rey Alfonso XII pidió en matrimonio a María de las Mercedes.